Las tendencias que cambiarán el ambiente laboral en 2017
febrero 2, 2017Desarrollan croqueta anticonceptiva canina
febrero 8, 2017Rajesh Kumar Sharma, de 40 años, de Nueva Delhi, comenzó una escuela improvisada bajo un puente del metro, donde enseña a los niños de los barrios más pobres que frecuentan escuelas regulares en la ciudad. Él cree que la educación es el arma más importante para la juventud de la India, y los que no estudian están condenados de por vida.
Sharma no es un profesor de verdad. El posee una tienda de comestibles en la ciudad, pero por lo menos dos horas al día deja a su hermano a cargo de la empresa y se dirige a su escuela improvisada al aire libre, bajo uno de los puentes de Delhi.
Si no fuera por Rajesh y las decenas de niños que vienen aquí todos los días, nadie diría que este es un lugar para la educación. No hay paredes o mesas, el puente sobre sus cabezas actúa como un techo de protección en caso de lluvia, y apenas hay 3 cuadros negros pintados como pizarras. El maestro no sólo ofrece sus conocimientos de forma gratuita, sino también todo el material de estudio y las alfombras que sus alumnos utilizan durante las clases. Los niños, de edades entre 4 y 12 años, aprenden matemáticas, escritura y lectura básica, como preparación para el ingreso futuro en las escuelas públicas. De hecho, de los 140 niños que comenzaron la escuela hace poco más de un año, 70 ya están inscritos en las escuelas públicas.
«Ellos todavía vienen aquí todos los días. Y consiguen seguir adelante con el plan de estudios de la escuela», dijo Sharma a un periódico local.
Rajesh, que fue a Nueva Delhi a los 20 años, se vio obligado a dejar la escuela de administración durante su tercer año de estudio, debido a limitaciones financieras y por lo tanto no quiere ver a nadie correr la misma suerte. Así que cuando pasó por el lugar de su escuela improvisada y vio a todos los niños pobres jugando en el barro y perdiendo su juventud, en lugar de recibir una educación adecuada, decidió hacer algo al respecto.
Empezó a hablar y discutir con los padres que querían que sus hijos fueran a trabajar en vez de ir a la escuela, para que pudieran mantener a sus familias, y logró convencerlos de que la educación es un bien mucho más valioso.
«Nuestro maestro nos enseñó que la única manera de evitar la pobreza extrema es abrir la mente y esto sólo puede hacerse a través de la educación», dice uno de sus estudiantes. La escuela de Rajesh no tiene profesores formados, ni paredes y las condiciones son pobres, por lo que tal vez es increíble pensar que todos estos niños vuelvan cada día al mismo lugar, incluidos los que ya no lo necesitan. Incluso a los niños que no tienen edad suficiente para asistir a la escuela se les permite participar, Rajesh cree que la experiencia les inspirará en el futuro.
«Entiendo que el gobierno no puede construir una escuela aquí ahora, yo no soy ingenuo, lo sé, pero mi sueño es que un día tengamos una pequeña escuela donde todos los niños que viven aquí puedan estudiar con un poco más de dignidad». Hasta que llegue ese día, la escuela rudimentaria tendrá mucho que hacer.
Una situación verdaderamente admirable, un ejemplo que dar a todos esos niños que tienen sus escuelas bien pintadas, asientos cómodos, útiles escolares de primera calidad y hasta transporte privado. Y a pesar de eso se niegan a ir a la escuela, personalmente desde que tengo memoria siempre me ha encantado asistir a los centros de educación y creo que mucho de ello depende de la educación y las expectativas que recibimos desde mucho antes de tener edad para asistir.
Fuente: Indian Express