La Inversión Directa Extranjera (IDE) creció de manera sostenida, y en los últimos tres años ha sido de unos $8,000 millones.
Sin discusión la economía panameña ha venido creciendo a un ritmo vertiginoso en este último quinquenio. Esto ha sido posible gracias a una multiplicidad de factores que incluyen, entre otros, la creciente diversificación de la economía por vía de las exportaciones y servicios como el turismo, el Canal, los puertos, la banca, la Zona Libre de Colón, el aeropuerto, entre otros.
Igual incidencia ha tenido el sostenido aumento de la Inversión Directa Extranjera (IDE) que ha crecido de manera sostenida y que sólo en los últimos tres años, de acuerdo a la Contraloría General de la República, ha sido de un total acumulado de $8,000 millones.
También ha incidido el aumento absoluto y porcentual del gasto público, particularmente a través de las inversiones públicas, así como las obras de ampliación del Canal, cuyo inicio ocurrió en el 2008 y se estima terminen en el 2015.
Más allá de este promisorio escenario resulta también un hecho que las perspectivas indican que va a haber una desaceleración de este ritmo de crecimiento. Esto en sí no es malo, al contrario, constituye una oportunidad para que se ajusten ciertos factores y lograr que las futuras expansiones sean de carácter más sostenible y equitativas.
Las cifras indican claramente esta perspectiva. El Banco Mundial y la Cepal, por ejemplo, en contraste al crecimiento real del PIB del 2012 de 10. 7%, pronostica un crecimiento en el 2013 de 7. 5%, el cual se mantendrá en años subsiguientes en niveles similares a partir de la fecha.
Igual incidencia tendrá el hecho de que tanto el gasto público como el nivel de endeudamiento han llegado casi a su tope máximo. De hecho la Ley de Responsabilidad Social y Fiscal establece que el déficit debe disminuir progresivamente de 3. 0% del PIB en el 2015 a 0. 3% en el 2018, y la deuda pública de 38% como porcentaje del PIB en el 2014 a 31% en el 2018.
El consumo privado, por su parte, también ha venido creciendo pero predeciblemente va a disminuir o, en el mejor de los casos, a estabilizarse en vista del alto nivel de endeudamiento que se ha venido registrando tomando en cuenta que entre el 2010 y el 2012 el saldo del Crédito Comercial pasó de $6,500 millones a $10,000 millones; es decir, casi 50%, muy por encima de paso de la tasa de crecimiento económico.
Las cifras indican claramente esta perspectiva. El Banco Mundial y la Cepal, por ejemplo, en contraste al crecimiento real del PIB del 2012 de 10. 7%, pronostica un crecimiento en el 2013 de 7. 5%, el cual se mantendrá en años subsiguientes en niveles similares a partir de la fecha.
Igual incidencia tendrá el hecho de que tanto el gasto público como el nivel de endeudamiento han llegado casi a su tope máximo. De hecho la Ley de Responsabilidad Social y Fiscal establece que el déficit debe disminuir progresivamente de 3. 0% del PIB en el 2015 a 0. 3% en el 2018, y la deuda pública de 38% como porcentaje del PIB en el 2014 a 31% en el 2018.
El consumo privado, por su parte, también ha venido creciendo pero predeciblemente va a disminuir o, en el mejor de los casos, a estabilizarse en vista del alto nivel de endeudamiento que se ha venido registrando tomando en cuenta que entre el 2010 y el 2012 el saldo del Crédito Comercial pasó de $6,500 millones a $10,000 millones; es decir, casi 50%, muy por encima de paso de la tasa de crecimiento económico.
Sin embargo esto exigiría dos condiciones: Que por un lado se mantenga y afiance la tradicional estabilidad y sosiego político y social que ha caracterizado al país; y lo segundo requiere una política del Estado más agresiva y enfocada que capture IDE especializada en áreas vinculadas con la tecnología y otras de alto valor agregado.
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