Emprender en camino rocoso

Panamá es tierra de oportunidades. Una economía que registra el mayor ritmo de crecimiento de América Latina en el último lustro. Las condiciones macroeconómicas están servidas para que panameños y extranjeros desarrollen su carrera profesional con emprendimientos empresariales.

En el país hay poco más de 600 mil jóvenes entre 20 y 30 años que, de una forma u otra, terminarán insertándose en la economía.

Si bien el Banco Mundial, destaca en su informe Doing Business 2014 que Panamá es el vigésimo quinto mejor país para abrir un negocio, el camino del emprendimiento no deja de presentar baches y trabas para la marcha inicial, la más difícil para algunos.

De hecho, en ese mismo reporte, que mide la facilidad para hacer negocios, Panamá se ubicó en la posición 55 de 183 países en el índice general.

Al paso surgen los testimonios de emprendedores panameños y extranjeros que creyeron en sí mismos y llevaron a buen puerto sus ideas. No obstante, para darles forma encontraron un sistema plagado de vericuetos y más retos de los que tenían en su hoja de ruta.

Min Chen, nacionalizada panameña, puede ver con satisfacción y desde su despacho a los más de 10 colaboradores que trabajan junto a ella en Alcenit, empresa de asesoramiento de tecnologías en Panamá y América Latina.

Si optas por instalar tu empresa como una persona jurídica tienes que contratar a un abogado para hacer el pacto social. Y apenas registras eso tienes que estar pagando impuestos como la tasa única y el aviso de operaciones, aparte de los impuestos municipales, recuerda Chen de su experiencia. Para una persona joven que todavía no genera el primer dólar, se hace muy difícil, agrega.

Se trata de una serie de impuestos que no incluye la Autoridad de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa de Panamá (Ampyme) en su lista de apoyos y ayudas que ofrece para emprendedores.

El Doing Business retrata el sentir de Chen y de buena parte de los empresarios de Panamá, aunque no estén empezando. En la clasificación de pago de impuestos, el país cae a la posición 175, principalmente por el número de pagos que hay que hacer al año (52) y por el tiempo que se le debe dedicar a esta tarea (417 horas).

Otro testimonio es el de Iviett Serrano, una de las 28 mil 113 personas que obtuvo un aviso de operación durante el año pasado en el país, de acuerdo al Ministerio de Comercio e Industrias de Panamá.

Yo siento que a nivel de figura jurídica hace falta un espacio para el emprendedor. Existen dos: la ONG (organización no gubernamental) y la compaña, comienza diciendo la fundadora de Proyectos con Propósito, una compañía que potencia la responsabilidad social de empresas y de ONG.

Hoy en día el trabajo está yendo más hacia esquemas colaborativos de personas e ideas que se unen y separan dependiendo de los proyectos (…) Te obligan a tener una estructura que no corresponde a las necesidades de hoy en día, donde consigues alianzas desde una computadora con quien sea y en donde sea, añade Serrano.

Si bien Ampyme, Panamá Emprende y otros programas del Gobierno buscan incentivar a las personas de escasos recursos a iniciar su micro y mediana empresa, fallas como las mencionadas pueden evitar la diversificación de la economía y promover la informalidad de la misma.

Según cifras de la Contraloría General de la República, en Panamá el 38.6% de los trabajadores se desempeña en la informalidad.

No en balde, de los 16 principales problemas para hacer negocios en Panamá que destaca el Foro Económico Mundial en su más reciente informe sobre Competitividad Global, seis corresponden a problemas relacionados con el emprendimiento como la ineficiencia burocrática en el Gobierno, el acceso a financiamiento y la política fiscal.

Por lo que José Luis Ford, presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Panamá, apuntó que debemos incentivar a los Gobiernos para que faciliten las oportunidades a los emprendedores, siempre y cuando sea de manera ordenada.

Noticia recuperada de: http://www.prensa.com/