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En este artículo conocerás cinco puntos críticos para mejorar rápidamente tus habilidades como orador y para comenzar a potencializar tu experiencia a la hora de dirigirte a una audiencia, equipo, clientes, inversionistas, etcétera.
Tal como la ley de gravedad no varía y es la misma para todos, existen prácticas que siempre funcionan y en todo ámbito. Aquí te damos un breve resumen:
1. Sé puntual
¿Alguna vez has llegado con retraso a una actividad importante para ti? ¿Te has encontrado con un imprevisto cuando era importante estar a tiempo en algún lugar? ¿Cómo llegas a ese encuentro? ¡Exacto! jadeando, sudando, molesto, agitado, con una postura débil y transmitiendo muy poca credibilidad. ¿Y qué sucede en las personas que te estaban esperando? Están molestas y poco receptivas. Sinceramente, ¿cuál crees que será el resultado de tu presentación?
2. Rompe el hielo
Si tu público no te conoce, o no te han visto exponer, te garantizo algo: ellos esperan otro expositor más del montón, el típico aburrido que no para de hablar. La mitad del público estará revisando su celular y la otra mitad estará conversando con la persona de al lado. Si te animas a comenzar de una forma diferente, te aseguro que guardarán su celular y dejarán de hablar entre ellos. Recuerdo una presentación de la orquesta del colegio de mi hija. Los profesores que presentaban cada segmento eran ignorados por el público ya que todos hablaban o revisaban sus mensajes.¡Fue horrible! Yo pensaba, considerando que es un colegio que estimula el arte, ¿qué pasaría si los maestros hubieran salido con un sombrero vistoso? ¿y si para comenzar hubieran dicho algo cómo: «sus hijos no tocan bien». Imaginaba que cuando los padres de familia se hubieran callado para procesar la curiosa declaración el profesor podría haber continuado diciendo ¡Tocan muy bien!. Luego de haber captado su atención podrá decir el mensaje que tenÃa preparado.
3. Gánate el derecho
Existe un principio básico para dirigirse a una audiencia: habla de algo que sepas. Respeta esta norma y estarás bien. Y relacionado con eso, si hablas de algo que sabes es porque tienes la autoridad para compartir con las personas temas que investigaste, experiencias que viviste, libros que leíste o estudios que preparaste tú mismo. Hazle saber a tu público, por qué puedes pararte adelante a exponer sobre el tema, cuenta tus experiencias, explica qué has hecho para llegar a conocer esa información, cuenta tus planes fallidos y cómo hiciste para revertir la situación, etcétera.
Gánate el derecho de disponer del tiempo de tu audiencia, y en este punto no vale ayudarse con la posición de poder. Por ejemplo, el decir, «ustedes deben escucharme porque soy el jefe» es una manifestación de un poder impuesto, no de autoridad real.
4. Varía el tono y volumen
No importa lo interesante de la información que vas a exponer, si no mantienes una variación en tu voz, tu presentación será demasiado plana, las personas se aburrirán, perderás conexión con ellos y quedará muy poco de tu mensaje. El variar el tono y el volumen es uno de los recursos que puedes utilizar con maestría para elevar notablemente el nivel de tus presentaciones. Considera que más importante que lo que se dice, es cómo se dice. Variar el tono y el volumen sumado a otras técnicas para hablar en público te permitirá destacarte sobre los presentadores promedio.
5. Interactúa
Recuerda ¡la gente odia a los oradores que no interactúan! Uno de los errores más frecuentes al hablar en público es que los expositores asignan a su audiencia un papel pasivo, es decir, los obligan solo a escuchar lo que dicen. En las actividades de educación o entrenamiento, especialmente, esta forma de exponer logra una mínima retención del público y por ende un bajísimo nivel en el aprendizaje. Si quieres elevar el nivel de recordación y la calidad de tus presentaciones, interactúa.
Haz preguntas permanentemente, permite a las personas encontrar sus propias respuestas, no les des todo hecho. Cuando estamos participando como público las personas queremos ser consideradas, pues no hay cerebro humano que pueda retener una sobredosis de información entregada solo desde una de las partes sin la posibilidad de interactuar. La interacción es directamente proporcional a la retención y recordación de tu mensaje. Haz que tu presentación sea creada entre tú y tu audiencia.
Después de aplicar estos sencillos tips, tus resultados mejorarán notablemente y comenzarás a desarrollar un nivel de influencia y liderazgo propios de las personas que se manejan hablando en público a un alto nivel. Aplícalos y descubre que eres un gran orador -simplemente no lo sabías-, impacta a tu audiencia y cuéntanos cómo te fue.
Fuente e imagen cortesían de: http://www.soyentrepreneur.com